Capítulos
  1. 1
  2. 2
  3. 3
  4. 4
  5. 5
  6. 6
  7. 7
  8. 8
  9. 9
  10. 10
  11. 11
  12. 12

Daniel 9

1 En el primer año de Darío, hijo de Asuero, de la raza de los medos, que fue puesto por rey sobre el reino de los caldeos;

2 en el primer año de su reinado, yo, Daniel, entendí por la Escritura, por la Palabra del Eterno al profeta Jeremías, que la asolación de Jerusalén había de concluir en setenta años.

3 Y volví mi rostro al Señor Dios, y lo busqué en oración y ruego, en ayuno, cilicio y ceniza.

4 Oré al Eterno mi Dios, e hice esta confesión: "Ahora Señor, Dios grande, digno de ser temido, que guardas el pacto de amor con los que te aman y obedecen tus Mandamientos,

5 "hemos pecado, hemos cometido iniquidad, hemos obrado impíamente, hemos sido rebeldes, y nos hemos apartado de tus Mandamientos y tus juicios.

6 "No hemos obedecido a tus siervos los profetas, que en tu Nombre hablaron a nuestros príncipes, a nuestros padres y a todo el pueblo del país.

7 "Tuya es, Señor, la justicia, y nuestra la confusión de rostro, que hoy lleva todo hombre de Judá, de Jerusalén y de todo Israel, los de cerca y de lejos, en todas las tierras adonde los echaste a causa de su rebelión contra ti.

8 "Oh Señor, nuestra es la confusión de rostro, de nuestros reyes, nuestros príncipes y nuestros padres; porque contra ti hemos pecado.

9 "De ti, oh Eterno nuestro Dios, es tener misericordia y perdonar, aunque contra ti nos hemos rebelado.

10 "No obedecimos a tu voz, oh Eterno nuestro Dios, para andar en tus leyes, que nos diste por medio de tus siervos los profetas.

11 "Todo Israel traspasó tu Ley y se apartó para no oír tu voz. Por eso ha caído sobre nosotros la maldición y el juramento escrito en la Ley de Moisés, tu siervo; porque contra ti pecamos.

12 "Tú has cumplido lo que hablaste contra nosotros, y contra los jueces que nos gobernaban. Jamás hubo en el mundo un castigo tan grande como el que cayó sobre Jerusalén.

13 "Todo este mal vino sobre nosotros, conforme está escrito en la Ley de Moisés. Y no hemos implorado tu favor, oh Eterno nuestro Dios, para convertirnos de nuestras maldades y entender tu verdad.

14 "Por tanto, Señor, tú no vacilaste en traer el desastre sobre nosotros; porque eres justo, oh Eterno nuestro Dios, en todo lo que hiciste, porque no obedecimos a tu voz.

15 "Ahora, Señor Dios nuestro, que sacaste a tu pueblo de Egipto con mano poderosa, y te hiciste renombre como el que tienes ahora. Hemos pecado, hemos obrado impíamente.

16 "Oh Señor, según todas tus justicias, apártese ahora tu enojo y tu furor de tu ciudad Jerusalén, tu santo monte. Porque a causa de nuestros pecados y por la maldad de nuestros padres, Jerusalén y tu pueblo son la burla de los que nos rodean.

17 "Ahora, pues, Dios nuestro, oye la oración de tu siervo y sus ruegos, y haz que tu rostro resplandezca sobre tu Santuario asolado, por amor del Señor.

18 "Inclina, oh Dios mío, tu oído y oye; abre tus ojos, y mira nuestras ruinas y la ciudad que lleva tu Nombre. Porque no derramamos nuestro ruego ante ti confiados en nuestra justicia, sino en tu gran compasión.

19 "¡Oye, Señor! ¡Oh Señor, perdona! ¡Señor, atiende, y obra! ¡No tardes, por amor de ti mismo, Dios mío! Porque tu Nombre es llamado sobre tu ciudad y sobre tu pueblo".

20 Aún estaba yo hablando, orando, confesando mi pecado y el pecado de mi pueblo Israel, y derramaba mi ruego ante el Eterno mi Dios, por su santo monte,

21 aún estaba hablando en oración, cuando aquel varón Gabriel, a quien yo había visto en la visión al principio, vino volando con presteza, y me tocó como a la hora del sacrificio de la tarde.

22 Me instruyó, y me dijo: "Daniel, ahora he venido para darte sabiduría y entendimiento.

23 "Tan pronto como empezaste a orar, fue dada la respuesta, y yo he venido a enseñártela, porque tú eres muy amado. Entiende, pues, la palabra, y entiende la visión.

24 "Setenta semanas están cortadas para tu pueblo y tu santa ciudad, para acabar la prevaricación, poner fin al pecado, expiar la iniquidad, traer la justicia de los siglos, sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos.

25 "Conoce, pues, y entiende que desde que salga la orden para restaurar y reedificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y 62 semanas. La plaza y la muralla se reedificarán en tiempos angustiosos.

26 "Después de las 62 semanas se quitará la vida del Mesías, y no por él mismo. Y el pueblo de un príncipe que ha de venir, destruirá a la ciudad y el Santuario. Su fin vendrá como una inundación, y hasta el fin de la guerra, será talada con asolamiento.

27 "En otra semana confirmará el pacto a muchos. Y a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Y sobre el ala del templo uno ejecutará la abominación asoladora, hasta que la ruina decretada caiga sobre el desolador".


Daniel 9 - Nueva Reina Valera - NRV


Utilizamos cookies e tecnologia para aprimorar sua experiência de navegação de acordo com o nossa Política de Privacidade. Ao utilizar nossos serviços, você concorda com tal monitoramento.