2 "Hijo mío, hijo de mis entrañas, hijo de mis votos,
3 "No gastes tu fuerza con mujeres, ni tus caminos con la que destruyen a los reyes.
4 "No es de reyes, oh Lemuel, no es de reyes beber vino, ni de los príncipes las bebidas fuertes;
5 "no sea que bebiendo olviden la Ley, y desatiendan el derecho de los afligidos.
6 "Dad la bebida fuerte al desfallecido, y el vino al amargado.
7 "Beban, y olviden su necesidad, y no se acuerden más de su miseria.
8 "Abre tu boca en favor del mudo, en el juicio de todos los desvalidos.
9 "Abre tu boca, juzga con justicia, defiende el derecho del pobre y del menesteroso".
10 Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Su valor excede mucho a las piedras preciosas.
11 El corazón de su esposo está en ella confiado, y nada valioso le falta.
12 Ella le da bien y no mal, todos los días de su vida.
13 Busca lana y lino, y con voluntad trabaja con sus manos.
14 Es como nave de mercader, trae su pan de lejos.
15 Se levanta aun de noche, y provee comida a su familia, y labor a sus criadas.
16 Inspecciona un campo y lo compra. Y con el fruto de sus manos planta una viña.
17 Ciñe sus lomos de fuerza, y sus brazos de vigor.
18 Percibe que su trabajo va bien, y su lámpara no se apaga de noche.
19 Aplica sus manos al huso, y sus palmas sostienen la rueca.
20 Alarga su mano al pobre y al menesteroso.
21 No teme a la nieve por su familia, porque todos están vestidos de ropas dobles.
22 Ella misma teje cubrecamas, y se viste de lino fino y púrpura.
23 Su esposo es respetado en las puertas, cuando se sienta con los ancianos del lugar.
24 Hace telas y cinturones, y los vende al mercader.
25 Se viste de fuerza y dignidad, y sonríe ante el día de mañana.
26 Abre su boca con sabiduría, y su lengua enseña con bondad.
27 Considera los caminos de su casa, y no come el pan de balde.
28 Se levantan sus hijos y la llaman dichosa; y su esposo la alaba, diciendo:
29 "Hay muchas mujeres virtuosas, pero tú las superas a todas".
30 Engañosa es la gracia, y fugaz la hermosura; la mujer que teme al Eterno, ésa es alabada.
31 Dadle el fruto de sus manos, alábenla sus obras ante el pueblo.