2 Entonces colocaron el Arca de Dios en el templo de Dagón, y la pusieron junto a Dagón.
3 Al día siguiente, cuando se levantaron los de Asdod, vieron a Dagón postrado en tierra ante el Arca del Eterno. Levantaron a Dagón y lo volvieron a su lugar.
4 Cuando se levantaron a la mañana Siguiente, vieron a Dagón caído en tierra ante el Arca del Eterno, y la cabeza de Dagón y sus dos manos cortadas y sobre el umbral; sólo le quedaba el tronco a Dagón.
5 Por esta causa los sacerdotes de Dagón y los que entran en su templo, no pisan el umbral de Dagón en Asdod, hasta hoy.
6 Y la mano del Eterno se agravó sobre los de Asdod, y los hirió con tumores, en Asdod y en todo su territorio.
7 Viendo esto los de Asdod dijeron: "No quede con nosotros el arca del Dios de Israel, porque su mano es dura sobre nosotros y sobre nuestro dios Dagón".
8 Convocaron a todos los príncipes filisteos, y dijeron: "¿Qué haremos con el Arca del Dios de Israel?" Ellos respondieron: "Pasen el Arca del Dios de Israel a Gat". Y la pasaron allá.
9 Cuando pasaron el Arca allá, la mano del Eterno estuvo contra la ciudad con gran quebranto. Hirió a los hombres de aquella ciudad, desde el chico hasta el grande, que se llenaron de tumores.
10 Entonces enviaron el Arca de Dios a Ecrón. Y cuando el Arca de Dios fue a Ecrón, los ecronitas gritaron: "Han pasado el Arca del Dios de Israel aquí para matarnos".
11 Juntaron a todos los príncipes filisteos, que dijeron: "Devolved el Arca del Dios de Israel a su lugar, para que no nos mate a nosotros y a nuestra gente". Porque había consternación de muerte en toda la ciudad, y la mano de Dios se había agravado allí.
12 Los que no morían eran heridos de tumores. Y el clamor de la ciudad subió al cielo.