2 Que prediques la Palabra, que instes a tiempo y a destiempo. Convence, reprende y anima, con toda paciencia y doctrina.
3 Porque vendrá tiempo cuando no soportarán la sana doctrina; antes, teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus pasiones,
4 apartarán de la verdad el oído, y se volverán a las fábulas.
5 Pero tú sé sereno en todo, soporta las aflicciones, haz la obra del evangelio, cumple tu ministerio.
6 Yo ya estoy para ser sacrificado. El tiempo de mi partida está cerca.
7 He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe.
8 Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, que me dará el Señor, Juez justo, en aquel día. Y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.
9 Procura venir pronto a verme,
10 porque Demas me ha desamparado, amando a este mundo, y se ha ido a Tesalónica. Crescente a Galacia y Tito a Dalmacia.
11 Sólo Lucas está conmigo. Trae a Marcos contigo, porque me es útil para el ministerio.
12 A Tíquico lo envié a Efeso.
13 Cuando vengas, trae la capa que dejé en Troas, en casa de Carpo; y los libros, mayormente los pergaminos.
14 Alejandro el calderero me ha causado muchos males. El Señor le pague conforme a sus hechos.
15 Guárdate tú también de él, que en gran manera se ha opuesto a nuestras palabras.
16 En mi primera defensa ninguno me ayudó, todos me desampararon. No se les tomé en cuenta.
17 Pero el Señor me ayudó y me fortaleció, para que por mí se cumpliera la predicación, y todos los gentiles oyesen. Y fui librado de la boca del león.
18 El Señor me librará de toda mala obra, y me preservará para su reino celestial. A él sea gloria por los siglos de los siglos. Amén.
19 Saluda a Prisca, a Aquila y a la casa de Onesíforo.
20 Erasto se quedó en Corinto. A Trófimo lo dejé en Mileto enfermo.
21 Procura venir antes del invierno. Eubulo te saluda, y Pudente, Lino, Claudia y todos los hermanos.
22 El Señor Jesucristo sea con tu espíritu. La gracia sea con vosotros.