2 Tenía en su mano un librito abierto. Puso su pie derecho sobre el mar, y el izquierdo sobre la tierra,
3 y clamó a gran voz, como ruge un león. Y cuando hubo clamado, siete truenos emitieron sus voces.
4 Cuando los siete truenos hablaron, yo iba a escribir, pero una voz del cielo me dijo: "Sella lo que dijeron los siete truenos, y no lo escribas".
5 Entonces, el ángel que vi de pie sobre el mar y sobre la tierra, levantó su mano al cielo,
6 y juró por el que vive por los siglos de los siglos, que creó el cielo y cuanto hay en él, la tierra y cuanto hay en ella, y el mar y cuanto hay en él, que ya no habrá más tiempo,
7 sino que en los días de la voz del séptimo ángel, cuando él esté por tocar la trompeta, el misterio de Dios se cumplirá, como él lo anunció a sus siervos los profetas.
8 La voz que oí del cielo habló otra vez conmigo, y dijo: "Ve, toma el librito abierto de mano del ángel que está sobre el mar y sobre la tierra".
9 Fui al ángel, y le pedí que me diese el librito. Y él me dijo: "Toma, cómelo. Será dulce como la miel en tu boca, pero amargará tu estómago".
10 Entonces tomé el librito de mano del ángel, y lo comí. Y en mi boca fue dulce como la miel, pero después que lo comí, fue amargo en mi estómago.
11 Y él me dijo: "Es necesario que otra vez profetices a muchos pueblos y naciones, lenguas y reyes".