Capítulos
  1. 1
  2. 2
  3. 3
  4. 4
  5. 5
  6. 6
  7. 7
  8. 8
  9. 9
  10. 10
  11. 11
  12. 12

Daniel 10

1 En el tercer año de Ciro rey de Persia, fue revelada Palabra a Daniel, cuyo nombre era Beltsasar. La Palabra era verdadera, y el conflicto grande. El prestó atención y entendió la visión.

2 En aquellos días, yo, Daniel, estuve triste durante tres semanas.

3 No comí alimento delicado, ni entró carne ni vino en mi boca, ni me ungí, hasta que se cumplieron tres semanas enteras.

4 El día 24 del primer mes estaba yo a la orilla del gran río Hidekel.

5 Alcé mis ojos y vi a un Varón vestido de lino, y su cintura ceñida de oro de Ufaz.

6 Su cuerpo brillaba como el berilo, y su rostro parecía un relámpago. Sus ojos como antorchas de fuego, sus brazos y sus pies como bronce resplandeciente. Y la voz de sus palabras como estruendo de multitud.

7 Sólo yo, Daniel, vi aquella visión. No la vieron los hombres que estaban conmigo, sino que cayó sobre ellos un gran temor, y huyeron y se escondieron.

8 Quedé, pues, yo solo, y vi esta gran visión. Quedé sin fuerza y desfallecí, sin retener vigor alguno.

9 Oí el sonido de sus palabras, y al oírlas caí desvanecido, rostro en tierra.

10 En eso, una mano me tocó, me sacudió y me puso sobre mis rodillas y sobre la palma de mis manos.

11 Y Gabriel me dijo: "Daniel, varón muy amado, atiende las palabras que te hablaré. Levántate sobre tus pies, porque he sido enviado a ti". Cuando me dijo esto, me puse en pie temblando.

12 El siguió diciendo: "Daniel, no temas. Desde el primer día que aplicaste tu corazón a entender, y a humillarte ante tu Dios, fueron oídas tus palabras, y a causa de ellas yo he venido.

13 "Pero el príncipe del reino de Persia se puso contra mí 21 días. Entonces, Miguel, uno de los principales príncipes, vino en mi ayuda, y yo quedé allí con los reyes de Persia.

14 "He venido ahora a explicarte lo que ha de venir a tu pueblo en los últimos días, porque la visión es para esos días venideros".

15 Mientras me decía estas palabras, yo estaba enmudecido, con mis ojos en tierra.

16 Pero como una semejanza de hombre tocó mis labios. Entonces abrí mi boca y hablé. Dije al que estaba ante mí: "Señor mío, esta visión me ha llenado de angustia, y me ha dejado sin fuerza.

17 "¿Cómo, pues, podrá el siervo de mi señor hablar contigo? Porque al instante me faltó la fuerza, y quedé sin aliento".

18 Aquella semejanza de hombre me tocó otra vez, me fortaleció,

19 y me dijo: "Muy amado, no temas. La paz sea contigo. Ten buen ánimo, y aliéntate". Y cuando me hablaba, cobré vigor, y dije: "Hable mi señor, porque me has fortalecido".

20 Entonces dijo: "¿Sabes por qué he venido a ti? Pronto tengo que volver a combatir al príncipe de los persas. Y cuando yo me vaya, vendrá el príncipe de Grecia.

21 "Primero te diré lo que está escrito en el Libro de la Verdad. Ninguno me ayuda contra ellos, sino Miguel, vuestro Príncipe".


Daniel 10 - Nueva Reina Valera - NRV


Utilizamos cookies e tecnologia para aprimorar sua experiência de navegação de acordo com o nossa Política de Privacidade. Ao utilizar nossos serviços, você concorda com tal monitoramento.