2 y también contra Hamat, que linda con Israel; y contra Tiro y Sidón, aunque son muy sabias.
3 Bien que Tiro se edificó fortaleza, y amontonó plata como polvo y oro como lodo de las calles.
4 El Señor la empobrecerá, lanzará sus riquezas al mar, y ella será consumida a fuego.
5 Ascalón verá, y temerá. Gaza se dolerá en gran manera. Ecrón también, porque su esperanza será confundida. En Gaza perecerá el rey, y Ascalón no será habitada.
6 En Asdod habitarán extranjeros. Y yo talaré la soberbia de los filisteos.
7 Quitaré la sangre de su boca, y sus abominaciones de entre sus dientes. Los que queden pertenecerán a nuestro Dios y serán como jefes en Judá. Y Ecrón será como el jebuseo.
8 Yo defenderé mi casa contra el que va y el que viene. Y no pasará más opresor sobre ellos, porque yo los vigilaré con mis ojos.
9 ¡Alégrate mucho, hija de Sión! ¡Da voces de júbilo, hija de Jerusalén! Tu Rey viene a ti, justo y salvador, humilde y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino, hijo de asna.
10 Destruiré los carros de Efraín, los caballos de Jerusalén, y los arcos de guerra serán quebrados. El anunciará paz a las naciones, y gobernará de mar a mar, y desde el Río hasta los fines de la tierra.
11 Y tú, por la sangre de mi pacto contigo, libraré a tus presos de la cisterna sin agua.
12 Volved a la fortaleza, oh presos de esperanza. Hoy os anuncio que os restauraré todo al doble.
13 Porque entesé para mí a Judá como un arco, e hice de Efraín su flecha. Despertaré a tus hijos, oh Sión, contra tus hijos, oh Grecia, y te pondré como espada de valiente.
14 El Señor será visto sobre ellos, su flecha saldrá como relámpago. El Señor, el Eterno, tocará trompeta, y avanzará entre los torbellinos del sur.
15 El Eterno Todopoderoso los amparará, y pisarán las piedras de los honderos. Beberán sangre, y harán estrépito como tomados del vino; se llenarán como tazón, como cuernos del altar.
16 En ese día el Eterno, su Dios, los salvará como a rebaño de su pueblo, y como piedras de corona brillarán en su tierra.
17 Porque, ¡cuánta es su bondad, y cuánta su hermosura! ¡El trigo prosperará a los jóvenes, y el vino nuevo a las doncellas!